lunes, 7 de abril de 2008

Primeros momentos

Fueron quizá los más difíciles, puesto que el principio incertidumbre que diría mi amigo cantautor Ismael serrano, no se pueden evitar y existen momentos de mucho vértigo ante una nueva vida que te espera expectante. Aquí, os dejo el primer artículo que se publicó sobre mi experiencia y más adelante os iré dando más detalles:

Diario de una Erasmus sobre ruedas.
Me llamo Laura, soy una estudiante con discapacidad de la Universidad de Alicante, que se dispone a relataros sus andanzas en la Universidad Paul Verlaine, situada en la ciudad francesa de Metz, al norte del país galo.
He utilizado la palabra andanzas, a propósito, ya que si bien, necesito una silla de ruedas para desplazarme porque soy PC, (paralítica cerebral, no un ordenador), ello no me impide caminar más que a la mayoría de los mortales.
Este sueño hecho realidad del que espero aprender a ser más independiente, abrir mi mente a otra cultura, otras nacionalidades, en definitiva abrir mis ojos al MUNDO. Pero, sin olvidar, por supuesto, el motivo principal de este viaje: hablar con fluidez el francés y dominarlo lo mejor posible.
Este idílico proyecto no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional, el cariño, la dedicación y el entusiasmo de mi amiga Rosario, mi fiel compañera en esta aventura y mi bastón en mi vida cotidiana. Por esta razón os lo relataré siempre en plural, en nombre de las dos.
Cuando llegamos a la residencia universitaria (donde vivimos, dentro del propio campus) a las 11 de la noche, nos estaba esperando la Sra. Praelly en representación de esta universidad. Gesto de agradecer, ya que aquí, en Francia, esta es una hora intempestiva.
A la mañana siguiente partimos súper pérdidas en busca de la oficina para pagar la residencia y observé con orgullo que esta universidad no tenía nada que envidiar a la nuestra, es decir, está súper accesible para ir sobre cuatro ruedas. Además, está en una isla, sobre dos ríos. Todo verde. Es una preciosidad. La ciudad es otra preciosidad, ya que, está muy, muy cuidada y tiene toques de una ciudad medieval, está además, la catedral más antigua de este país y en el centro, está todo lleno de tiendecitas de todo tipo y condición. Algo que se echa mucho de menos en nuestra querida ciudad.
Pero, lo más maravilloso de todo es que a la ciudad le pongo una matrícula de honor infinita, ya que está todo absolutamente adaptado y por primera vez me siento LIBRE en estado puro, porque puedo ir a todas partes y como dice nuestro amigo Silvio Rodríguez, la libertad nació sin dueño.

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