lunes, 7 de abril de 2008

El camino de la superación entre ayer, hoy y mañana.

Este artículo es un poco nostálgico, puesto que recuerda el viaje sorpresa que realizamos a la terreta, para acudir al aniversario de mi grupo scout, el Enea. Después, en Francia, mi casa durante el año 2006, celebré mi cumple, un día muy importante para mí.

Aquí os dejo este entrañable recordatorio de mi infancia uniendolo con las intensas experiencias del momento.

¡Hola a todas y a todos desde esta iluminada, aunque no soleada, ciudad francesa!
Afortunadamente, después de haber pasado unos días en el caribe mediterráneo, es decir, en Alicante, hemos comprobado que por estas frías tierras el tiempo ha mejorado.
Hemos cumplido, sin nosotras saberlo, con la promesa casi imposible de traer el sol de la terreta en una cajita a David. De lo cual se deduce que podemos poner en práctica la famosa frase de “seamos realistas, soñemos lo imposible”. Consiguiendo así, retos tales como que Alicante sea una cuidad de todos y para todos, donde se pueda ir al cine o de compras sin ninguna dificultad, olvidándonos de que utilizamos una silla de ruedas. Soy realista, sueño lo imposible, porque en Metz lo veo realizado cada día. El concepto de imposible, a lo largo de mi vida, no ha tenido espacio. La semana pasada estuve en la cena del treinta aniversario de mi grupo scout, “ENEA”. Por extraño que os parezca, cuando era una niña y andaba a gatas, me iba de campamento por toda España con muchos otros niños de mi edad. Fue allí donde descubrí el verdadero significado de la palabra integración, ya que en aquella época hicieron accesible el campo y el ocio para todos. Mari Carmen, la entonces jefa de grupo y excelente persona, nos ayudó a todos a sentirnos en igualdad de condiciones. Desde estas latitudes, GRACIAS.
En este momento que he traspasado el ecuador del cuarto de siglo, me siento afortunada de poder celebrarlo por primera vez lejos de mi casita, aunque cerca de todas y cada una de las personas que quiero. Pero este año la habitación 5002 de la residencia universitaria, es también mi casa, llenándose con todos mis amigos españoles e hispanoamericanos para celebrarlo. Además, tuvimos la suerte de reencontrarnos con mis padres y con Eleonor, una amiga francesa que vino desde una ciudad del sur para compartir con nosotras este día. Os puedo asegurar que el mejor regalo que recibimos todos los días es la amistad de todos ellos, aquí y allí. Y como dice Amaral “son mis amigos, por encima de todas las cosas”. Os queremos















No hay comentarios: